martes, 2 de septiembre de 2014

Luz

Luz, en mitad del abismo de mi subconsciente se enciende una luz que llama mi atención.
Una luz en el cielo de mi mente brillando como el cartel de neón de un motel de carretera avisando que en la próxima salida puede estar tu salvación.

Yo, empequeñecida por todas las sacudidas que me ha dado la vida,aislada dentro de mi en un mundo inventado de fantasía y sueños por cumplir me hallaba, sin siquiera darme cuenta de lo que pasaba en el exterior.
Tampoco me importaba. Ese mundo exterior que tanto daño me había procurado, en el que la maldad y la falsedad estaban a la orden del día ya no me importaba.
Allí me encontraba feliz, sin miedo y lamiéndome las heridas, reconstruyendo los trozos derruidos de mi ser que habían sido destrozados por una bomba lanzada por hienas con cara de humanos.

Pero me sentía sola y abandonada en aquella inmensidad. Necesitaba tal vez que alguien me salvase de esa cárcel que yo misma había construido.


Y entonces algo iluminó mi rostro. Miré al cielo y la vi: La luz más hermosa que jamás había visto.
Una luz cegadora,brillante y cálida que invadió hasta el más oscuro rincón de mi cuerpo. Una luz que en el instante en que rozó mi piel me colmó de paz y tranquilidad.

En ese momento supe que aquella luz me salvaría de caer al precipicio, así que me armé de valor, salté al vacío para aferrarme a ella con fuerza y dejar que me llenase de felicidad.

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